¿De qué me sirve como docente saber mucho de Zoom, Jitsi, Google Meet, Microsoft Team, Kahoot, Mentimeter... si no sé cómo mantener la atención y energía de mi grupo?

Más allá de las herramientas tecnológicas que usemos al facilitar clases virtuales "en vivo", si queremos generar experiencias de aprendizaje significativas, una de las claves es —al igual que en la modalidad presencial— posibilitar un ambiente dinámico, positivo y seguro para aprender. Si una persona participante se siente en un lugar tenso, de desconfianza, y llena de ansiedad, difícilmente podrá disfrutar —y recordar— lo que está aprendiendo, y más complejo aún, si incluso tú como persona docente, facilitadora o tallerista no estás disfrutando el arte de educar.

Es por ello que en esta historia de formación adquirirás herramientas de facilitación sencillas y creativas que permitan que tus clases virtuales te cautiven a ti y a tu audiencia, en procesos de aprendizajes humanos y dinámicos en los que provoque estar.

¿Qué elementos debo tener en cuenta para poder sentir y conectarme con el contexto/grupo en el que estoy dando la clase? ¿Qué factores aumentan el nivel de tensión al que exponemos a las personas participantes? ¿Cómo usar ayudas visuales que no solo dependan de compartir pantalla? ¿Qué pasos puedo seguir para preparar mi espacio de trabajo antes de una clase virtual? Estas y otras interrogantes estarán dentro del guión de esta historia, siempre enmarcados en la importancia de valorar y amar la maravillosa oportunidad de enseñar-aprender junto a nuestros grupos, porque, como nos dice Francisco Mora, "Solo se puede aprender aquello que se ama”.

¡Nos vemos en el escenario!

¡Fuera Escarapulines!*

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*Coprotagoniza junto a nosotras esta historia y podrás saber cómo evitar que "los escarapulines" invadan tus clases.